Primera prueba del Ford Bronco, el rival más duro para el Jeep Wrangler. Un todo-terreno de la vieja escuela con reductora, bloqueos de diferencial que además anuncia unas prestaciones en carretera superiores a las de su rival americano.
Tras ser todo icono dentro del mercado americano y llevar desaparecido 25 años este caballo desbocado ha vuelto para plantar cara al Jeep Wrangler. Ahora aunque es más dócil y civilizado que nunca, si quieres sigue siendo todo un caballo salvaje.
Todos sabemos que Estados Unidos es un mundo a parte, sobre todo si lo comparamos con Europa. Las marcas desarrollan modelos específicos para el mercado americano, al estilo del Bronco. Además, los precios allí son mucho más bajos que aquí. El Ford Bronco no es ninguna excepción, por el momento no está disponible en Europa a través de la red de concesionarios oficial Ford. La marca ha comunicado recientemente que a finales de 2023 lo introducirá en algunos mercados del viejo continente.
TM Cars con sede en Terrassa (Barcelona), nos ha cedido este Ford Bronco para la prueba de hoy. TM Cars cuenta con 16 años de experiencia en la importación de coches americanos en nuestro país. Según la versión el Ford Bronco se puede comprar en España, ya homologado y matriculado a partir de 70.000 euros.
4x4 de verdad
El Bronco es un 4x4 de verdad de la buena. Está disponible con dos carrocerías, la de 2 puertas y la de 4 puertas. La primera para competir con el Jeep Wrangler y la segunda para competir con el Jeep Wrangler Unlimited. Existe un tercer Bronco, el Bronco Sport, pero no vendría a ser lo mismo. Es un SUV convencional que busca ofrecer la estética del Bronco.
Echando un primer vistazo es fácil identificarlo como un Bronco. La gran parrilla rectangular con la leyenda “Bronco”, los dos faros redondos y la angulosa silueta de su carrocería son un claro guiño al primer Bronco del 66. El cabrestante Warn Zeon 10S que monta esta unidad tiene una capacidad de arrastre de 10.000 libras. Un accesorio que cuesta 3.500 dólares.
Las llantas de 17” calzan neumáticos Goodyear Territory con medidas 315/70 R17. Se trata de un calzado tipo Mud Terrain, claramente enfocado a ofrecer un rendimiento excepcional en campo. Pese a ello en carretera no se desenvuelve nada mal.
Tanto las puertas como todo el techo se pueden desmontar para dejarlo con las barras anti-vuelco que monta de serie. De hecho, el coche viene ya con una cubierta de lona para la parte posterior ideal para el verano. Lo más sencillo de desmontar es la parte delantera del techo, dividida en dos partes que se extraen y puedes guardar en el maletero. El resto ya requiere de ciertas dotes de bricomanía.
En los retrovisores integra luces LED de gran potencia que pueden ser de utilidad si vas de acampada. Por último, sobre la puerta del maletero hay una rueda de repuesto como Dios manda idéntica a las que monta.
Pese a que en imagen puede parecer gigante no es tan grande como aparenta. A ver, que sí, que mide 2 metros de ancho y 1,9 metros de alto, eso no se lo quita nadie, pero apenas mide 4,41 metros de largo. Para la aguja de la báscula en 2 toneladas.
Las aptitudes offroad son estratosféricas con una altura libre al suelo de 294 mm, un ángulo de ataque de 43,2 grados, un ángulo ventral de 29 grados y un ángulo de salida de 37,2 grados. La capacidad de vadeo queda 850 mm. Finalmente, la distancia entre ejes de 2,55 metros garantiza un amplio habitáculo de 4 plazas.
Pequeño por fuera, grande por dentro
Amplio desde luego es, con unos asientos muy confortables en la primera fila. Esta versión Wildtrak recurre a unos asientos de corte deportivo tapizados en piel con el caballo bordado en los respaldos. La regulación es manual y cuentan con un práctico tirador para acceder a la segunda fila.
La calidad percibida a bordo es superior a lo que esperaba. Tanto los botones, como los distintos mandos y los paneles están bien ajustados y son agradables al tacto. Lo que más me ha llamado la atención es lo fácil que ha sido adaptarme a los controles. Es de los coches que menos he tardado a la hora de emparejar el teléfono, cuenta con CarPlay inalámbrico y encima se trata de un sistema multimedia muy intuitivo. Encima el tamaño de la pantalla es bestial con 12”, alucinante lo bien acabado que está en este aspecto.
Pese a contar con una pantalla de gran formato es de agradecer que se mantengan botones físicos para el sistema de climatización. Incluso el sistema de audio también presenta botones reales. ¡Bravo!
Quizás lo que está menos a mano son los mandos de los elevalunas, en el túnel central, justo bajo el apoyabrazos. Un lugar práctico si quitas las puertas. De hacerlo el único botón que pierdes es el del cierre de los seguros y sin puertas como que no te va a hacer falta.
Los mandos en el volante son bastante intuitivos y te permiten acceder a los distintos menús de forma rápida. Todo en un cuadro de instrumentos 100% digital. Es un todo-terreno de la vieja escuela con reductora, bloqueos y demás, sería genial que contase con indicadores analógicos, llamadme nostálgico. Un dato curioso es el modo en el que se muestra las revoluciones del motor, con un indicador vertical. De lo más raro, pero ahí está.
En lo alto del salpicadero hay el botón que permite desactivar por completo el control de estabilidad. El bloqueo del diferencial trasero, el bloqueo del diferencial delantero, así como el desconectador para la barra estabilizadora. Todos estos botones han sido recubiertos con goma para protegerlos en caso de que los manipulemos con las manos mojadas.
Si miramos un poco más arriba, en el techo encontramos seis botones auxiliares que ya están pre-instalados para controlar accesorios que podamos montar a posteriori como un cabrestante, o una barra de luces de techo. Dado que las puertas se pueden desmontar tanto la guantera, como el hueco que hay bajo el apoyabrazos central cuentan con cerradura.
El acceso a la segunda fila es el que es al ser un dos puertas, casi mejor hacerlo desde el lado del acompañante para aprovechar el recorrido extra al no contar ahí con la columna de dirección.
Detrás dispone de dos asientos individuales, muy cómodos que recogen bien y además presentan detalles de confort como posavasos y reposacabezas abatible. Debido a las bolsas de carga que integra en el techo la altura libre queda algo comprometida. El maletero en configuración estándar declara 634 litros, un volumen que no está nada mal. Ahora bien, abatiendo la segunda fila se alcanzan 1.480 litros.
V6 biturbo de 335 CV
El Bronco está disponible con tres mecánicas EcoBoost. Un 4 cilindros en línea de 2,3 litros turbo que declara 270 CV, un V6 de 2,7 litros biturbo con 335 CV y el Raptor con otro V6 esta vez de 3 litros también biturbo de 423 CV.
La unidad que probamos hoy es el acabado Wildtrak con el motor intermedio. El V6 de 2,7 litros que declara 335 CV a 5.500 rpm y 563 Nm a 3.250 rpm. Mientras que el motor menos potente va asociado a una caja manual de 7 relaciones, los V6 recurren a una caja automática con convertidor de par de 10 velocidades.
Lo que más sorprende es lo ligero que se siente. Es un coche grande, alto y pesado que se mueve con una agilidad pasmosa. La respuesta a bajas revoluciones de su motor V6 es una gozada. Siempre puedes aprovechar las buenas dosis de par que entrega a muy bajas vueltas y de paso circular con marchas altas con lo que se suaviza bastante el tema de los consumos.
Ahora bien, siempre que quieras puedes activar el kick-down del pedal del acelerador y dar rienda suelta a todo el potencial de Bronco. No es el V6 de 3,5 litros de la F-150 Raptor, pero ojo que no está nada mal lo que empuja.
Las prestaciones están ahí para demostrarlo. Acelera de 0 a 100 km/h en 5,7 segundos, de momento no hay ningún Jeep Wrangler capaz de igualarlo. Eso sí, la velocidad punta está limitada a 160 km/h, sin el limitador llegaría a unos 198 km/h.
Los frenos también responden bien, delante monta discos de 311 mm con pinzas de dos pistones y detrás discos de 308 mm con pinzas de un pistón. No es un coche concebido para ir rápido en una carretera de montaña, sin embargo, se defiende con una gran soltura.
No me cansaré de repetir lo equilibrado y neutro que se muestra en todo momento. Parece mucho más pequeño y ligero de lo que en realidad es. Merece la pena destacar la buena puesta a punto del chasis, sobre todo en el apartado de suspensiones.
El equipo de suspensión está formado por dobles brazos delante y un eje rígido trasero. Cabe destacar lo cómodo que es en trayectos rutinarios. La suspensión filtra de maravilla y los neumáticos de 35 pulgadas ayudan absorber las irregularidades del firme. No en vano estos neumáticos firmados por Goodyear han sido diseñados para brillar en offroad.
Nuestra toma de contacto fue tan breve que no hubo la oportunidad de practicar offroad. Esperamos volver a contar con otra unidad pronto para meterlo en un circuito de todo-terreno y así conocer en primera persona las aptitudes del Bronco.
No le faltan modos de conducción. ¡Tiene 7! 7 modos de conducción que son: Baja, Arena, Lodo/Surcos, Resbaladizo, Deportivo, Eco y Normal. Hoy en carretera solo he usado Eco, Normal y Deportivo. Con este último se nota bastante diferencia la verdad.
El coche siempre arranca en modo tracción trasera, pero con el mando GOAT podemos activar la tracción integral, la reductora e incluso un modo 4x4 automático. En carretera como mejor se comporta es tanto con el modo Eco y Normal, como con el Deportivo. Con este último volante, pedal del acelerador y demás se muestran más reactivos, eso sí, al activar el modo Deportivo se conecta la tracción 4x4.
En resumidas cuentas
El Ford Bronco se convierte en un serio rival para el Jeep Wrangler. Dinámicamente va de maravilla, es comodísimo en el día a día y encima el motor ofrece muy buena patada. Me quedo con las ganas de probarlo en campo, su hábitat natural, esperamos pronto poderlo hacer y ya de paso por qué no soñar con un Bronco Raptor…
Ya está el butifarré haciendo el indio con un montón de hierro, me minas la moral gordinflona.