El Mitsubishi Outlander vuelve al mercado europeo. El que fue el pionero de los SUV híbridos enchufables volverá a estar disponible en España en su tercera generación, aunque para ello deberemos esperar a principios del año 2025. La versión europea, adaptada a nuestro mercado, será más potente que la actual versión a la venta en Estados Unidos.
Viajamos a la escuela de conducción del ex-campeón del mundo de rallies, Juha Kankkunen en Kuusamo, al norte de Finlandia, para una primera impresión al volante del nuevo Outlander con especificaciones americanas. La parte eléctrica cambiará para Europa, con un motor eléctrico trasero más potente, no así la transmisión que ya pudimos probar sobre hielo en esta primera toma de contacto.
El nuevo Mitsubishi Outlander es un SUV de cinco plazas (en Estados Unidos se vende también con siete con una tercera fila de emergencia, pero en Europa no se ofrecerá), que mide 4,71 metros de largo por 1,74 de alto. La distancia entre ejes es de 2,705 metros y la altura libre al suelo de 19,8 cm, superior en casi un centímetro al modelo anterior.
La estética del nuevo Mitsubishi Outlander
Estéticamente es un coche atractivo, con un frontal con los faros divididos entre las finas luces diurnas superiores, los grandes faros inferiores y los antiniebla justo debajo. La parrilla es ancha y sobre el capó aparece el nombre del modelo. En la vista lateral deja muy claro que es un SUV con los pasos de rueda remarcados en negro, la altura libre al suelo, las llantas grandes, de 20 pulgadas y su cintura elevada.
El elemento más vistoso es el techo contrastado en color negro (que será opcional o de serie en algunas versiones) y que tiene continuidad en todos los montantes salvo el trasero, también en negro. El citado montante trasero es más ancho y parcialmente en el color de la carrocería, mientras que en la parte inferior de las ventanillas hay un filete cromado que se eleva en el pilar trasero hasta llegar casi al techo.
En la parte trasera el diseño es muy similar al de otros coches del mismo tipo, con unos pilotos muy estilizados, unos parachoques con la parte inferior de plástico gris claro, como en los delanteros y el logotipo de la marca en el centro. Es, en definitiva, un coche agradable que encaja perfectamente en el segmento al que se dirige.
El interior del Mitsubishi Outlander
El interior tiene aspecto de coche convencional, sin grandes alardes de diseño y con pantallas de dimensiones convencionales. La central está situada en la parte superior y en la consola tenemos los mandos del climatizador y, entre los asientos, la palanca convencional para el cambio y el selector de los modos de conducción que nos permite elegir hasta siete distintos. La sensación de calidad y de acabado del habitáculo es muy buena, sobre todo teniendo en cuenta que las unidades que usamos en Finlandia eran para Estados Unidos, que es un mercado menos exigente en este apartado.
El espacio en las plazas delanteras es correcto, con una posición de conducción elevada y dominante, pero fácil de adaptar gracias a las múltiples regulaciones de asientos y volante. La instrumentación es digital, pero con un diseño clásico con velocímetro y un segundo instrumento que nos permite controlar la carga de la batería y si el coche consume o recarga. Un volante redondo y de buen tacto completa una disposición de mandos clásica y agradable de usar.
Las plazas traseras, amplias y el maletero cambiarán para Europa al eliminarse la opción de la tercera fila disponible en las unidades estadounidenses.
Motores y cambio del nuevo Mitsubishi Outlander
El nuevo Outlander llegará a Europa en una configuración que está todavía por definir completamente, pero solo se venderá como híbrido enchufable. El motor de gasolina es de 4 cilindros y 2,4 litros de cilindrada y tiene, al menos en la versión americana, una potencia de 131 CV. Este motor se combina con otros dos eléctricos, uno sobre cada eje motriz. El delantero tiene 85 KW y el trasero 100, que equivalen a 115 y 136 CV, pero para Europa, el trasero será de como mínimo 110 kW (150 CV) de modo que la potencia final debería estar sobre los 250 CV.
El modelo estadounidense anuncia una autonomía de 62 Km, pero para Europa y teniendo en cuenta que la batería es de 20 kWh y que hay diferencias entre la homologación EPA americana y la WLTP europea, debería estar en una cifra cercana a los 80 km. Cabe recordar al respecto que la batería del Outlander que se vendió en España hasta hace unos meses tenía una capacidad de 13,8 kWh y una autonomía homologada de 45 km.
Este es un coche que funciona en modo híbrido de dos maneras diferentes. En eléctrico puede usarse hasta a 135 km/h de modo que el que haga unos 80-90 km diarios en ciudad podrá usarlo únicamente en modo eléctrico. Cuando se acaba la batería del coche pasa a funcionar en modo híbrido y puede hacerlo de dos maneras, bien con el motor de gasolina moviendo las ruedas y los eléctricos echando una mano en fasee de alta demanda, por ejemplo, al acelerar o recuperar, o bien con el motor eléctrico propulsando el coche y el de gasolina funcionando como generador. En la mayoría del tiempo de circulación, el Outlander usará esta segunda fórmula.
En esta primera toma de contacto en Finlandia pudimos sacar muy pocas conclusiones ya que solo condujimos el coche sobre hielo. Las pistas de hielo de la escuela de conducción estaban muy deslizantes en el momento de la prueba. Sin una pequeña capa de nieve encima y con neumáticos de invierno, el trazado patinaba mucho y solo nos permitió comprobar los diferentes modos de conducción. En el modo normal el coche analiza mediante sensores la adherencia de cada rueda y actúa en consecuencia adaptando la electrónica de gestión para garantizar el avance. Además, existe un modo nieve en el que el coche busca rebajar al máximo el gas evitando el deslizamiento inicial y para arrancar sobre hielo o circular sobre él va muy bien evitando que el coche deslice y avanzando de acuerdo con lo que marca el volante.
El Outlander dispone de una transmisión de marcha única en el eje delantero para el motor de gasolina que se utiliza cuando éste es el que propulsa el coche y, en modo eléctrico tiene, evidentemente, también una única marcha. Su sistema de transmisión S-AWC distribuye el par entre las ruedas de ambos ejes en función de la capacidad de tracción de cada una de ellas para aprovechar al máximo la potencia y conseguir la mejor tracción posible sobre firmes deslizantes. Además de los modos normal y nieve hay modos específicos para barro, tierra, asfalto y modos Eco para gastar poco y Power para conseguir el máximo partido de los dos motores.
Mitsubishi no ha comunicado ni los equipamientos de seguridad y de confort que llevará este coche ni los grados de acabado previstos ni mucho menos el precio dado que su comercialización no llegará hasta dentro de casi un año y que, además, la definición final del modelo europeo no se ha finalizado.
Mitsubishi está en pleno desarrollo de sus sinergias con Renault tal como se ha puesto de manifiesto con el reciente lanzamiento de los modelos Colt y ASX, derivados de los Renault Clio y Captur y en el anuncio del lanzamiento, en 2025, de un SUV eléctrico del segmento C con un diseño 100% Mitsubishi, pero que empleará la plataforma eléctrica de los Renault Mégane y Scénic E-Tech.
No obstante, resulta también interesante comprobar como la marca japonesa alternará en su gama los modelos de procedencia Renaut con otros modelos propios como este Outlander PHEV que aúna dos tecnologías que los ingenieros japoneses de la marca dominan perfectamente; la tracción a las cuatro ruedas y la hibridación enchufable. El problema principal es que este coche, a la venta en Estados Unidos desde 2021, no nos llegará hasta 2025, cuatro años después de su lanzamiento.
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